Durante una reciente conferencia telefónica sobre resultados, Elon Musk, el siempre innovador director ejecutivo de Tesla, presentó una idea que invita a la reflexión: utilizar la potencia informática colectiva de la flota de vehículos eléctricos de Tesla para tareas de inteligencia artificial (IA). Este concepto, aunque intrigante, plantea varias preguntas sobre su viabilidad e implementación.
El núcleo de la propuesta de Musk reside en la gran cantidad de potencia de procesamiento no utilizada dentro de los vehículos Tesla. Los automóviles eléctricos modernos son esencialmente computadoras sobre ruedas, equipadas con hardware potente para tareas como funciones de conducción autónoma y sistemas de entretenimiento a bordo. Cuando un Tesla está estacionado o no utiliza activamente estas funciones, este potencial computacional permanece inactivo. Musk imagina la creación de una red, un “Tesla Terafleet”, por así decirlo, aprovechando este poder colectivo para aplicaciones de inteligencia artificial.
Este concepto se inspira en los servicios de computación en la nube existentes como Amazon Web Services (AWS). AWS ofrece a las empresas acceso a vastos recursos informáticos bajo demanda, lo que les permite ejecutar tareas complejas sin necesidad de su propia y costosa infraestructura. De manera similar, Musk propone que la flota de Tesla podría funcionar como una plataforma informática de IA distribuida.
¿Podrá ‘Tesla Terafleet’ hacerse realidad?
Si bien la idea posee cierto encanto futurista, convertirla en realidad presenta importantes obstáculos técnicos.
En primer lugar, la naturaleza de las cargas de trabajo de la IA puede ser muy variable. Algunas tareas requieren un procesamiento constante y de alta velocidad, mientras que otras pueden requerir más ráfagas o hardware especializado. Distribuir eficazmente estas cargas de trabajo entre una flota de vehículos geográficamente dispersos con diferentes capacidades de procesamiento sería un desafío complejo.
En segundo lugar, las preocupaciones por la seguridad cobran gran importancia. La integración de datos privados de usuarios con una red de vehículos plantea importantes riesgos de privacidad y seguridad. Sería necesario establecer protocolos de seguridad sólidos para garantizar el manejo seguro de datos potencialmente confidenciales procesados en el Tesla Terafleet.
Además, la disponibilidad de la flota en sí es una cuestión. Los vehículos Tesla son principalmente para uso personal y los propietarios pueden dudar en permitir que sus automóviles se utilicen para tareas computacionales cuando están estacionados. También sería necesario abordar factores como la duración de la batería y el posible desgaste del hardware debido al procesamiento constante.
Preguntas abiertas
El concepto de Tesla Terafleet es innegablemente ambicioso. Que se convierta en una realidad práctica depende de la superación de estos desafíos técnicos y logísticos.
Varias preguntas siguen sin respuesta.
- ¿Cómo incentivaría Tesla a los propietarios a participar en la red?
- ¿Qué salvaguardias se implementarían para proteger la privacidad del usuario?
En última instancia, la viabilidad de Tesla Terafleet depende de su capacidad para abordar estos problemas y demostrar una clara ventaja sobre las soluciones informáticas de IA existentes.
Crédito de imagen destacada: Manny Becerra/Unsplash
Source: Musk está pensando en construir una flota de IA de Tesla